
Vaquera
En esta postura, la mujer se ubica arriba del hombre de cara a él, lo que permite que haya contacto visual. Así mismo, facilita la estimulación de los senos y el clítoris por parte de ella misma o de la pareja.
“Es aún más placentero, si ella describe pequeños círculos durante la penetración”, describe el experto.
Perrito
En esta postura la mujer se pone en cuatro y apoya sus antebrazos o su rostro, mientras el hombre se encuentra detrás de ella. Esta posición permite la estimulación del clítoris ya sea de forma manual o con algún juguete sexual de la preferencia de la pareja.
De acuerdo con Ferrera el perrito puede realizarse en un sofá o cualquier otra superficie. Su gran tendencia se debe a que la vagina “quedará más expuesta a la penetración”.
La cuchara
Al contrario del ‘perrito’, en la ‘cuchara’ ambos están recostados y la vagina no está igual de expuesta. Sin embargo, también está la posibilidad de que haya contacto con zonas erógenas de manera manual mientras se está penetrando.
La gran X
“Ambos acostados, de lado. Ella, de espaldas a tí, debe colocar sus piernas atravesando el centro de tu cuerpo, para que así ambos formen una gran ‘X’”, explica en su sitio web el sexólogo. Esta postura al igual que las anteriores permite el contacto manual con el clítoris.